Antes del estratosférico «In Rock» de 1970 Deep Purple ya había dado muestras de lo que era capaz. En un registro menos pesado que los Deep Purple de los 70′, con un sonido donde la psicodelia cobraba protagonismo influenciada por los ritmos de los últimos años de los Beatles y sin perder de vista al gran Hendrix, la banda de Ritchie Blackmore lanzó tres discos en los dos últimos años de la década memorables. El primero, «Shades of Deep Purple» (1968), curiosamente no tuvo una recepción favorable de la crítica musical británica, que consideraba a la banda que tenía un sonido excesiamente americano, precisamente en Estados Unidos sí que sería reconocido. Con el alma del gran teclista Jon Lord, que se había formado en la música clásica, y que se encargó de los arreglos musicales, el disco debut de los Purple, contiene joyas como «Hush», «One More Rainy Day o «Mandrake Root», destacando dos versiones muy particulares del «Help!» de los Beatles o del tema de Billy Roberts, que protagonizaría también el mítico Jimmy Hendrix «Hey Joe». El disco se caracteriza por la gran frescura y la grandísima calidad de sus composiciones, que inauguraban la trayectoria de estos gigantes del rock.
En Diciembre de ese mismo año publicaron en Estados Unidos su segundo larga duración «The Book of Taliesyn» , publicándose en el Reino Unido en Julio de 1969. El segundo disco de Deep Purple mejora al inicial y contiene tramos de música clásica a cargo de Lord perfectamente ensamblados con el rock y la psicodelia. Sería muy injusto destacar un tema sobre el otro, para el que escribe, el disco roza la perfección, incluso en la reedición que se hizo del mismo hay temas inéditos en su momento, que perfectamente podrían haber formado parte del material original. El sonido sigue los derroteros de su predecesor, pero gana en virtuosismo y con la novedad apuntada de la mezcla de rock música clásica, recurso que repetirían en el siguiente álbum, publicado al año siguiente, que tiene como título homónimo el del grupo.
El tercer álbum de la banda es el que menos demanda comercial tuvo, aunque bien es cierto que fue arropado por la crítica, es el último con la formación inicial y tras él se iniciará un debate en cuanto a los derroteros musicales de la banda que terminará con la declaración de intenciones que fue «In rock», ya en 1970. «Deep Purple» contiene grandes temas como «Blind», «Lalena» o «The Painter» y una excentridad en el tema que cierra el trabajo «April», donde la música clásica vuelve a tomar protagonismo, esta vez en un tema que roza los 15 minutos y que es la gota que colma la copa previa a lo ques estará por venir y que es más conocido por el gran público en cuanto al sonido de la banda se refiere.
Personalmente, me decanto por el sonido más pesado de los 70′, la transcendencia y prestigio mundial de Deep Purple sin discos como «Machine Head», «Burn» o el propio «In Rock» no hubieran sido lo mismo, y ahí es donde muchos reconocemos su sonido… pero a todo aquel que tenga el oido fino y no tenga excesivos prejuicios debe reconocer que estos tres trabajos son auténticas obras de artesanía musical al servicio de las generaciones futuras.