Deep Purple lanza en diciembre de 1972 en el Reino Unido y en abril del año siguiente en los Estados Unidos un disco basado en la primera gira por Japón que acometió la banda en agosto del mismo año. «Made in Japan» no es un directo más, es el directo, es la máxima expresión, el paroxismo. Las versiones alargadas de Space Truckin’ (una auténtica barbaridad), Child in Time o Strange Kind of Woman, la cual aun reconociendo que es un temazo, nunca la tuve entre las top del grupo, no hacen más que mejorar el original de estudio. En definitiva, Made in Japan es el mejor directo de la historia del rock, para mí y para muchos. Por algo será.
Tracklist de una de las muchas ediciones del disco
Antes del estratosférico «In Rock» de 1970 Deep Purple ya había dado muestras de lo que era capaz. En un registro menos pesado que los Deep Purple de los 70′, con un sonido donde la psicodelia cobraba protagonismo influenciada por los ritmos de los últimos años de los Beatles y sin perder de vista al gran Hendrix, la banda de Ritchie Blackmore lanzó tres discos en los dos últimos años de la década memorables. El primero, «Shades of Deep Purple» (1968), curiosamente no tuvo una recepción favorable de la crítica musical británica, que consideraba a la banda que tenía un sonido excesiamente americano, precisamente en Estados Unidos sí que sería reconocido. Con el alma del gran teclista Jon Lord, que se había formado en la música clásica, y que se encargó de los arreglos musicales, el disco debut de los Purple, contiene joyas como «Hush», «One More Rainy Day o «Mandrake Root», destacando dos versiones muy particulares del «Help!» de los Beatles o del tema de Billy Roberts, que protagonizaría también el mítico Jimmy Hendrix «Hey Joe». El disco se caracteriza por la gran frescura y la grandísima calidad de sus composiciones, que inauguraban la trayectoria de estos gigantes del rock.
En Diciembre de ese mismo año publicaron en Estados Unidos su segundo larga duración «The Book of Taliesyn» , publicándose en el Reino Unido en Julio de 1969. El segundo disco de Deep Purple mejora al inicial y contiene tramos de música clásica a cargo de Lord perfectamente ensamblados con el rock y la psicodelia. Sería muy injusto destacar un tema sobre el otro, para el que escribe, el disco roza la perfección, incluso en la reedición que se hizo del mismo hay temas inéditos en su momento, que perfectamente podrían haber formado parte del material original. El sonido sigue los derroteros de su predecesor, pero gana en virtuosismo y con la novedad apuntada de la mezcla de rock música clásica, recurso que repetirían en el siguiente álbum, publicado al año siguiente, que tiene como título homónimo el del grupo.
El tercer álbum de la banda es el que menos demanda comercial tuvo, aunque bien es cierto que fue arropado por la crítica, es el último con la formación inicial y tras él se iniciará un debate en cuanto a los derroteros musicales de la banda que terminará con la declaración de intenciones que fue «In rock», ya en 1970. «Deep Purple» contiene grandes temas como «Blind», «Lalena» o «The Painter» y una excentridad en el tema que cierra el trabajo «April», donde la música clásica vuelve a tomar protagonismo, esta vez en un tema que roza los 15 minutos y que es la gota que colma la copa previa a lo ques estará por venir y que es más conocido por el gran público en cuanto al sonido de la banda se refiere.
Personalmente, me decanto por el sonido más pesado de los 70′, la transcendencia y prestigio mundial de Deep Purple sin discos como «Machine Head», «Burn» o el propio «In Rock» no hubieran sido lo mismo, y ahí es donde muchos reconocemos su sonido… pero a todo aquel que tenga el oido fino y no tenga excesivos prejuicios debe reconocer que estos tres trabajos son auténticas obras de artesanía musical al servicio de las generaciones futuras.
Un disco menor de Deep Purple puede ser un gran disco de rock y eso es lo que ocurre con el presente trabajo de la banda, el último con la formación más clásica «Mark II». Además el precedente era nada más y nada menos que «Machine Head» en el que se alcanza una de las mayores cotas de virtuosismo que se han dado jamás. Aun así el disco cuenta con temas más que interesantes como «Rat Bat Blue», «Mary Long», «Smooth Dancer» o la más aclamada por la crítica «Woman From Tokyo». En resumidas cuentas la fórmula mágica Blackmore & Lord seguía dando sus frutos todavía, antes de las idas y venidas del primero.
1. Woman from Tokyo
2. Mary Long
3. Super Trouper
4. Smooth Dancer
5. Rat Bat Blue
6. Place in Line
7. Our Lady
Quinto álbum de los inigualables Deep Purple. «Fireball», es un trabajo menor que su antecesor «In Rock», pero aun así es un magnífico trabajo que contiene grandes temas de Rock púrpura, como el tema homónimo, «Demons’s Eye», «Anyone’s Daughter» o «No one Came» y que por ello ocupa por derecho propio un lugar privilegiado dentro de los grandes discos de la banda en los 70′ y preludio del descomunal «Machine Head» que vendría al año siguiente.
El octavo álbum de Deep Purple, quinto en la década de los setenta, es otro de los discos clave en la historia del rock que firma la banda de Ritchie Blackmore. El tema homónimo que abre el disco y que también abría los conciertos de los Purple desde 1974 a 1976 con David Coverdale como vocalista, es a título personal el que más me ha impresionado y en el que más virtuosismo compositivo he encontrado, y eso que uno lleva ya escuchando hard rock más de dos décadas. La perfección sonora que alcanza la combinación de los teclados de Lord con la guitarra de Blackmore es algo descomunal. No soy de los que se quedan con un solo tema dentro de un disco completo, pero en este caso sí, el tema solo justifica lo que viene después. Pero es que precisamente lo que llega después es un gran disco de hard rock clásico, con el sello setentero de los mejores Purple, en el que destacan «Lay Down, Stay Down», «What’s Goin’ on Here» y el tema que cierra el disco, un instrumental que es una auténtica locura de tema y en el que se puede apreciar nuevamente las dotes interpretativas del genial Lord a los teclados. Grandioso disco.
Constituye «In Rock» el primero de los grandiosos seis primeros discos de Deep Purple de la década de los 70′ y que supone un giro musical radical con respecto a los tres primeros trabajos de la banda. Este no es un disco más, es el disco, para mí está entre los tres mejores de toda la historia del rock y es fundamental para identificar la trayectoria que todo el mundo reconoce en Deep Purple; a él han vuelto sus oidos multitud de bandas para reconocer y hacer propio un sonido que se ha hecho patrimonio mundial del Hard rock. Hay cambio de vocalista, Ian Gillan sustituiría a Rod Evans, así como cambio de bajista al sustituir Roger Glover a Nick Simper y el sonido se endurece de manera muy notable. Los siete temas de la edición original son auténticas obras maestras del rock y en ellos se muestra en toda su pureza la máxima expresión de este arte. Con «In Rock» Ritchie Blackmore empieza a escribir su propia leyenda como uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos. Si hubiera que enviar un tema al oscuro e impenetrable espacio para poder conmover a algún alienígena que pasara por allí, enviaría «Child in Time», mejor eso que un trozo de chatarra sin alma que se dedica solo a hacer fotos. El virtuosismo.
Noveno disco de Deep Purple que contiene neve pistas en un año en el que también editaron el portentoso «Burn», el disco es uno más de las obras maestras que los encumbraron en la década de los 70′ quizás no sea el más aplaudido y desde luego no el más popular, el «In Rock» se lleva la palma, pero ya estamos moviéndonos en sutiles matices a la hora de calificar un disco respecto a otro y a mí me parecen todos ellos soberbios. Este disco tenga quizás un tono más clásico en las interpretaciones que otros, pero la ejecución como siempre es redonda. Aunque Ritchie Blackmore no pensase lo mismo y llegase a dejar la banda para formar «Rainbow» y retomarla después en los 80′, en total disconformidad con su sonido. Hace pocos días falleció Jon Lord, uno de los fundadores de Deep Purple, el rey del Hammond, el mejor en los teclados, piedra angular de Deep Purple, su obra lo hace ya eterno.
1. Stormbringer
2. Love Don’t Mean A Thing
3. Holy Man
4. Hold On
5. Lady Double Dealer
6. You Can’t Do It Right
7.High Ball Shooter
8. The Gypsy
9. Soldier Of Fortune
Vamos con estos gigantes de gigantes. Sexto álbum de Deep Purple, si no se ha escuchado el disco debo decir que acompañar un trozo de existencia con la audición de Machine Head además de crear adicción constituye una práctica hedonista que ya la quisiera el mismo Epicuro, de hecho cuentan que aún anda lamentándose por las calles de Cirene el fantasma de Aristipo, por haber nacido apenas unos «pocos» siglos antes. Luego dependerá de cada cual desengancharse o no del virus púrpura, si uno decide infectarse lo que hay que hacer es degustar cada instante del disco y así se podrá apreciar el porqué los Purple son la base sobre la que se construye todo. Machne Head es una obra maestra como lo son todos sus seis primeros discos de la década de los 70′ y cualquiera que aprecie el buen Hard Rock debe rendir tributo a sus raíces, Machine Head es una buena oportunidad para ello. El disco comienza con la extraordianaria «Highway Star» con un Ritchie Blackmore excelso a la guitarra, en el disco se incluye también «Smoke on the Water» con el riff guitarrero clásico por excelencia, pero eso es una mera anécdota si lo comparamos con lo que constituye el disco. Indispensable, en la cima.
Acordes de Rock 