Segundo disco de Neil Young y primero con su banda principal Crazy Horse, todo un clásico que contiene temas legendarios como «Down by The River» o «Cinnamon Girl» entre otros. Para mí un disco de culto, de lo mejor de la cosecha de Mr. Young, que contiene ese halo mágico de sus mejores trabajos a camino entre el folk, el rock y el country, y todo sazonado con la aportación siempre importante de su banda que le da ese poderío sonoro inconfundible y que contrasta tan bien con la melodía hipnótica del compositor canadiense.
El texto de hoy trata de uno de los discos más sorpendentes e innovadores que he podido escuchar. Para empezar diré que la mayor parte de él fue grabado en directo, eliminando el ruido del público en la medida de lo posible a través de diversas mezclas, por lo que el album se considera «de estudio», aunque no sea del todo cierto. De los 9 temas que componen el album, los cinco primeros son acústicos y es a a partir del sexto cuando el sonido se electrifica y se puede disfrutar de la versión más rockera de Young. De hecho el primer tema y el último son los mismos pero la diferencia la da el tipo de sonido con que está grabada, la misma parece ser un homenaje al vocalista de los sex pistols Johnny Rotten. Pero la originalidad, la creatividad y el gran ingenio que desprende el disco no solo se da en el plano formal. La música de Young se distingue por su complejidad, paradójicamente desde una gran sencillez compositiva; no es fácil que «entre» a la primera y eso se puede ver en sus grandes primeros discos. Pero aquí estamos ante otro rollo, probablemente fueran los influjos del punk que por esa época pegaba con fuerza en todo el continente europeo y más allá del gran charco, no hay que descartar tampoco, obviamente, el gran talento del propio Young, ni tampoco la quimica que siempre ha demostrado con los Crazy Horse, por la que a mi parecer ganan enteros sus trabajos. El caso es que este es un disco que desprende una sensibilidad especial, un «no se qué» que por mucho que uno lo escucha nunca doy con él. Estamos ante un trabajo que juega al engaño desde una enigmática composición, dejando solo traslucir una maravillosa muestra de buen hacer que no se deja encerrar en tópicos ni etiquetas. Una proeza del mejor Young hecha para el disfrute auditivo de generaciones futuras, en la que prima la libertad de composición, claro está desde la sencillez, y es una suerte que así sea, porque es Young.
1. My My, Hey Hey (out Of The Blue)
2. Trasher
3. Ride My Llama
4. Pocahontas
5. Sail Away
6. Powderfinger
7. Welfare Mother
8. Sedan Delivery
9. Hey Hey, My My (into The Black)
Acordes de Rock 